La Doctrina del Atonimiento Infinito, también conocida como el «Sistema de Salvación Universal» de Jesucristo, es un concepto fundamental en la teología mormona. Según este principio, Jesús Cristo sufrió un sufrimiento infinito e indefinido por los pecados de todos los seres humanos a través del dolor, la humillación y la muerte que padeció en el Golgota.
Este concepto fue desarrollado por primera vez por Orson Pratt, quien dijo: «Nuestro Salvador sufrió un daño infinito por la rebelión de Adán». La enseñanza se basa en la creencia de que Jesucristo es el Hijo de Dios y que, como tal, posee poder divino para salvar a todos aquellos que buscan su ayuda.
El concepto clásico de la salvación mediante el sacrificio de Cristo se enfoca principalmente en las consecuencias que sufrió debido al pecado original. Sin embargo, La Doctrina del Atonimiento Infinito pone énfasis no solo en las consecuencias sino en la necesidad de un sacrificio infinito para poder salvar a todos los seres humanos. Esta doctrina enfatiza que Cristo, no solo sufrió el pecado de Adán y Eva, sino que sufrió por todas las rebeliones futuras hasta su llegada final a Tierra.
La idea cristológica en este contexto se destaca como la base en la cual descansa La Doctrina del Atonimiento Infinito. Según este punto de vista se dice que el Padre y el Hijo estuvieron de acuerdo antes de la existencia del mundo, acordando que el Hijo cumpliría su voluntad a precio de un sacrificio infinito para salvar a todos sus hijos.
El concepto del Atonimiento Infinito en sí tiene tres aspectos: Expia el pecado original, Actúa como mediador y reconcilia a Dios con los hombres por cada pecado. El propósito principal es que los seres humanos puedan ser limpiados ante Dios, y no tenga por qué estar separado de ellos ya sea en esta vida o eternamente.
Un tema central en la Doctrina del Atonimiento Infinito es si el hombre comete el pecado original o bien la rebelión contra Dios. Existen diferentes opiniones al respecto en el discurso cristiano, algunos sostienen que la rebelión tuvo lugar sólo un momento en sí mismo y otros lo ven como una condición permanente que no cambia en ningún aspecto.
Concluímos con que el poder del Atonimiento de Cristo tiene por efecto salvar a todos. Este concepto es desarrollado sobre tres argumentos, su capacidad a poder redimir el mundo mediante su sacrificio, ser considerada un hecho histórico, y la fe humana al abrazar el sistema de salvación universal.
Además, existen algunas teorías que sostienen que el pacto preexistente entre el Padre y el Hijo lo hace más aceptable para ellos la realización del Atonimiento. Otra cuestión que se ha debatido en su momento es si los poderes divinos son infinitos o limitados.
Finalmente, al hacer de sí mismos un instrumento de amor para vivir a Dios con fe y lealtad se logra una verdadera obra misionera que es el siguiente paso importante con posterioridad.
Introducción al concepto de la atonement infinita.

El concepto de la expiación infinita es un tema central en el mormonismo, donde se refiere a la capacidad del Hijo de Dios para sufrir y morir por todas las personas, tanto ahora como en el futuro, liberándolas de todo pecado y daño causados por el padre adán.
Esta enseñanza enfatiza que Jesucristo es un redentor infinito, capaz de absorber la culpa y los sufrimientos de todos, permitiendo que cada individuo pueda ser reconciliado con Dios y alcanzar la salvación eterna. La expiación de Cristo ha ido más allá del mero perdón para darnos una redención perfecta y sin mácula frente a un Dios justo e inconmovible.
Según las enseñanzas de Tad R. Callister, el General President de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la expiación infinita no solo aborda nuestro pecado y debilidad mortales, sino que también redime nuestras fallas, ofensas involuntarias y los crímenes más graves. Este concepto tiene un impacto profundo sobre la relación del hombre con Dios, ofreciendo la posibilidad de recibir redención absoluta después del juicio final.
La infinidad del Atonement se profundiza a través de las enseñanzas de Callister, quien enfatiza que Cristo puede justificar e imputar iniquidad a aquellos que han transgredido su jurisdicción divina como una virtud en lugar de un pecado. La naturaleza infinita del Atonement ha sido suficiente para cubrir los pecados de todos, sin importar cuán extensos o complejos sean, permitiendo así a Dios perdonar sin comprometer su santidad ni su justicia.
La eficacia del Atonamiento en las vidas de los mortales puede parecer abismoante, pero se logra al aceptar el amor y la gracia infinita de Cristo con fe y humildad. Al acceder a los dones incomprendidos del Atonement, podemos encontrar consuelo, liberación, paz y exaltación incluso en medio de nuestras falencias, hallando así una renovación espiritual verdadera.
La relación entre la expiación infinita y las decisiones que tomamos diariamente tiene un impacto profundo sobre nuestra vida espiritual. Al comprender mejor el poder del Atonement para justificar e imputar iniquidad, podemos dejar ir nuestras culpa, vergüenza y miedo, y vivir en la liberación y la paz de Dios.
La enseñanza de la expiación infinita aporta consuelo a aquellos que se sienten atrapados por sus errores o debilidades mortales. Por primera vez, podemos ver nuestra situación realista desde una perspectiva divina sin sentirnos condenados ni avergonzados. Los efectos de la redención del infinito atonemento divino también van más allá de este mundo y tienen sus bases en los planificados futuros.
Orígenes bíblicos del tema del sacramento de iniciación.

El concepto de un sacrificio infinito y redentor se encuentra en las enseñanzas bíblicas, como en la institución de Levítico 1-7 donde la muerte de animales es utilizada como tipo para el sacrificio perfecto.
La idea del pecado original y la necesidad de una redención divina se encuentra en el libro del Génesis, donde se describe el canto y pecado de Adán e Eva, llevándolos a caer del estado de inocencia.
Dios prometió enviar un salvador para liberarlos (Génesis 3:15) demostrando su amor incondicional por la humanidad. En la profecía del Mesías, Mosés habla de aquel que será golpeado por nuestros iniquidades y nos dará paz.
La institución del sacrificio en el antiguo Testamento es clave para entender las enseñanzas de Levítico 16, donde se describe a Aarón como el sacerdote supremo y al gobernador o rey que lleva los pecados del pueblo. Según las enseñances bíblicas el tipo del Mesías se encuentra en Abraham quien por su parte llevó la ofrenda de Isaac.
La raíz profética para un bautismo inmortal es encontrada una vez más, aquí no de forma explícita sino en base al contexto. Algunas de las referencias bíblicas a la institución del baptismo se encuentran en el libro Hebreos 9:14 y 10:22 donde hace referencia al “lavamiento de las manchas con agua”.
Concepto clásico sobre la salvación por el sacrificio de Cristo.

El concepto clásico sobre la Salvación por el Sacrificio de Cristo se refiere a la idea de que Dios envió a su Hijo Jesucristo para poner fin al pecado y la muerte en el mundo, proporcionando una forma de abstracción y expiación. Este concepto destaca la perfección del sacrificio de Cristo, no solo en lo referente a su naturaleza divina donde somete a sí mismo y le sometió a la ira de Dios, sino también por sus padecimientos mientras llevaba el peso del pecado y la culpa de los seres humanos.
La salvación según este concepto se logra mediante la expiación de las ofensas cometidas por Adán y Eva. Para hacer esto Jesucristo sufrió en cruz, llevando la ira divina del Padre como expiación a las ofensas hechas a él. Cristo sufre porque es el único que entiende el verdadero valor de la ley de Dios: él fue la luz ante el rostro divino y en esta forma se volvió la Luz sobre los ojos de los hombres.
El concepto clásico también enfatiza que este sacrificio de Cristo es el medio por el cual Dios puede hacer justicia y perdonar al pecador. La Biblia dice que ‘cualquiera que crea en Él [Cristo] no se condenará pero aquellos que no creen están ya condenados porque no han creído en el nombre del único Hijo de Dios.’ Cristo no sufrió por los malos actos sino que llevó el peso de nuestros pecados.
La idea cristológica como base de la atonement.

La idea cristológica es la base fundamental del arrepentimiento infinito, según la teoría desarrollada por Tad R. Callister. Según Callister, el sacrificio de Jesucristo en la cruz representa un precio total y único que expia los pecados de los seres humanos, permitiendo la reconciliación con Dios.
El plan divino para salvar a las almas de los hijos de Dios implica a Jesucristo tomando lugar físicamente de ellos y sufriendo la pena total y eterna del pecado. Este acto supremo de amor y sacrificio hace posible que los seres humanos reciban el beneficio infinito de su ofrecimiento, lo que les permite pagar por sus pecados.
La idea cristológica es clave para entender el concepto del arrepentimiento infinito en la teología cristiana. Según Callister, Jesucristo se convirtió en un ser vicarius, abarcando y salviendo al rebaño perdido a través de su sacrificio sin igual. Esto permitió que los pecados pasados, presentes y futuros fueran expiados por completo.
La ofrenda infinita de amor y misericordia de Jesucristo en la cruz es el fundamento del arrepentimiento infinito. Al tomar sobre sí mismo las pecadas de las personas, Cristo restauró la relación entre Dios e Israel, logrando una reconciliación sin fin (infinite atonement). Esta teoría subraya el poder y el amor redentor de Dios hacia los seres humanos.
La idea cristológica centra su atención en el sacrificio supremo de Cristo como sustituto y sumario para cada individuo, permitiendo que Dios sea verdaderamente justiciero e indulgente en términos infinitos. Como profesor Callister sostiene, la oferta valiosa que hace Jesucristo es el costo total de salvar a los seres humanos, poniéndolos en armonía con su creador una vez más.
Tres aspectos complementarios en la atonement: expiación, propiciación y reconciliación.

La teoría de la expiación es un aspecto fundamental del concepto de atonement, que se refiere a la obra de Jesucristo en el Monte Calvario, donde padeció tormentas físicas e indignidades infinitas para pagar las consecuencias morales de los pecados del mundo.
La propiciación es otro concepto clave dentro de la atonement, que hace referencia al poder de Cristo como mediador, para abrir camino hacia Dios con base a su atonement perfecto y así permitir que los pecadores puedan recibir la misericordia de un Señor santo.
La reconciliación es el resultado de esta expiación y propiciación, siendo un proceso por el cual los seres humanos son reintegrados al amor y la aceptación de Dios, liberándolos de sus maldades y su naturaleza pecadora para recibir una nueva oportunidad de vivir como hijos e hijas verdaderos e irreprochables de Dios.
Jesucristo asumió el daño que el pecado causaba en relación a Dios, logrando satisfacer la justicia divina con sus sacrificios y permitiendo que los seres humanos puedan recibir la redención.
Según la perspectiva de Infinite Atonement de Tad Callister, tres aspectos fundamentalmente integrantes del concepto de atonement son la expiación, la propiciación y la reconciliación. La expiación se refiere a la idea de que Jesucristo sufrió por los pecados del mundo, redimiendo su naturaleza humana y ofreciendo un sacrificio por la culpa colectiva de la humanidad.
La propiciación está relacionada con la capacidad de Cristo para ofrecer un sacrificio a Dios, reconciliando así a Dios con el hombre mediante la suplicancia de Dios en persona que tiene lugar en la cruz. Finalmente, la reconciliación es el resultado de esta expiación y propiciación; es un proceso por el cual los seres humanos son reintegrados al amor y la aceptación de Dios.
La redención a través del Infinito Atonement implica que Jesucristo sufrió en su propio alma las reacciones sinfínicas de las consecuencias morales de los pecados del mundo, permitiendo al hombre poder gozar de una nueva vida con Dios.
Diferencia entre justificación e imputación del pecado.

La Atonción es un concepto central en las enseñanzas cristianas, específicamente dentro la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días (LDS), donde se enfatiza la infinitud del sacrificio y amor de Jesucristo. Según el profesor Tad R Callister, esta visión abarca tanto los pecados personales como historicales que nos unen espiritualmente con Dios.
La imputación del pecado implica que es la carga o responsabilidad que tenemos para con nuestros actos malvados. En cambio, es el ser declarado inocente cuando confiamos a Cristo para nuestra salvación; y sabemos cuál tiene derecho de tener por justo ante Dios.
Aunque los dos términos se refieren al pecado y su redención, lo que distingue la imputación del pecado está referido es con la culpas personales. También a las responsabilidades o daños causados hacia el prójimo; por esto hay una gran confusión desde los momentos en la historia de la iglesia de Jesucristo, esta confusón se resuelve cuando nos centramos en que el pecado histórico es lo más grave y perjudicial.
La imputación trata a los pecados, actos que fueron aceptados por el hombre y luego llevados por él en sasaki; esto también es importante dentro de la fe mormona. La fe del hombre le permite reconocer al hombre culpable cuando se hace de cosas malas, cuando estas lo hace así lo sabemos.
La imputación está referida a los pecados de todos, porque tenemos todas las responsabilidades y responsables por esto es posible que la confusión también pueda ser un problema dentro del cristianismo.
Cuando nos dirigimos hacia Dios en sostenimiento; no hay ninguna descalificación o responsabilidad de nuestras acciones ante Él, ni existe ningún pecado, pero si cometemos actos criminales contra el prójimo con intención maliciosa, esto es un factor muy importante que los mormones siempre han hecho del análisis.
¿Es real el problema del pecado original o mito?

El problema del Pecado Original es un concepto que ha sido debatido por siglos, con algunas personas creyendo que es una realidad histórica y otras considerán el su como un mito. En la conferencia «¿Es real el problema del Pecado Original o es un mito?», M. Russell Ballard, líder de la Iglesia, se cuestiona si el concepto del pecado original tiene una base bíblica.
Según Tad R. Callister, miembro de los siete, el problema del pecado original es más que un mito y tiene consecuencias reales en nuestras vidas. En su charla «The Infinite Atonement» del 2013, sugiere que las acciones de Adán en el paraíso terrenal trajeron consigo una caída en su capacidad para escuchar al Espíritu Santo y conectarse con Dios.
La caída de Adán no sólo afectó a él mismo sino también a todas las generaciones posteriores, trayendo consigo dificultades para recordar la divinidad humana e innata debido a su limitada autoconciencia y autenticidad divinas. Esto ha llevado a la noción de la inocencia perdida debido al pecado original, que es una reflexión común en las comunidades religiosas.
Callister sugiere además que la idea del Pecado Original podría ser una respuesta a la pregunta de por qué Dios permite el sufrimiento en el mundo. También sostiene que algunos creen que fue Adán quien incurrió en error y arrastró al género humano al pecado, pero él plantea un punto de vista alternativo basado en los evangelios que hablan del sacrificio de Jesucristo como el fundamento del plan de redención.
De acuerdo con el pastor Tad R. Callister, la doctrina del Pecado Original se basa firmemente en la Palabra de Dios y no implica una maldición permanente. Sugiere que la idea de que el pecado original nos hace ser inherentemente malos o culpables perpetuamente es un malentendido y no es la verdadera doctrina del Evangelio de Jesucristo.
La perspectiva de Callister tiene sus raíces en la obra de Joseph Fielding Smith y otros teólogos mormones importantes, quienes sostuvieron una narrativa según la cual el Pecado Original refleja una condición caída que requiere redención a través de Cristo.
Eficacia salvadora de la atonement para todos los seres humanos.

La atonement es un concepto central en la teología mormona y señala el sacrificio definitivo de Jesucristo por los pecados del mundo. El profeta José Smith enseñó que a través de la atonement, Cristo paga todas las transgresiones cometidas por los seres humanos, proporcionando una solución universal para todos los individuos.
Tad R. Callister, un autor y conferencista mormón, exploró en detalle la eficacia salvadora de la atonement en su libro titulado así. Argumenta que a través del gran arrepentimiento ofrecido por Jesucristo, cualquier ser humano puede obtener perdón y redención sin tener que enfrentar juicio divino ni consecuencias terrenales.
Según Callister, la infinitud de la atonement permite que Cristo pague no solo los pecados cometidos en su vida mortal, sino también cualquier pecado pasivo o activo, intencional o involuntario. De esta manera, todos los seres humanos pueden disfrutar de la reconciliación con Dios, independientemente de sus circunstancias vitales.
En su obra, Callister destaca que la atonement de Cristo no es solamente una oferta efectiva para el futuro, sino también un cumplimiento retroactivo. Esto significa que cualquier error u obstáculo existente en la vida de un individuo ya ha sido reemplazado por el sacrificio del Salvador, quienes lo sustituye y cubre más allá de todas nuestras transgresiones cometidas.
La atonement infinita es visto como una solución verdaderamente universal que se aplica a todos los seres humanos sin excepción. A través de ella, cualquier individuo puede estar seguro que está libre del miedo al pecado y puede tener confianza en su relación con Dios, sin preocuparse por las consecuencias de sus acciones pasadas.
Tad R Callister enfatiza que la atonement infinita es la razón principal para creer en el plan de salvación total de Jesucristo. Sin embargo, su verdadero poder no radica tanto en que nos permita obtener bendiciones y beneficios, sino más bien en que nos brinda un sentido profundo e inigualable de paz y seguridad a través del poder infinito del Salvador.
En última instancia, la atonement es considerada la fuente más sublime y verdadera de nuestra redención. Esta realidad está basada principalmente en el sacrificio final de Jesucristo que trajo consigo una justificación total y final para todos los humanos involucrados.
Aspectos éticos en el sufrimiento de Jesucristo y la atonement.

El concepto de atonement es central para comprender las enseñanzas cristianas, enfocándose en ideas como la redención y los dolores deliberados a través del Jesucristo. El profeta Henry B. Eyring describió este evento como una muestra máxima de amor incondicional jamás vista hasta ahora.
El sufrimiento de Cristo no fue solo un hecho histórico, sino también un principio fundamental en el que se basa el mensaje cristiano, proporcionando redención y salvación a cada individuo, conforme a la visión expresada por el profesor William Frederick Lofthouse. De igual forma, este evento ha sido relacionado con conceptos como el sacrificio total y entrega de uno mismo a un fin superior.
Las nociones bíblicas de sacrificio, arrepentimiento y reconciliación se centran en la idea de que el sufrimiento de Jesucristo fue una atonement infinita destinada a liberarnos del dolor causado por nuestros actos. Según esta línea razonante, el sufrimiento de Cristo es visto como un mandato divino ético dirigido hacia nuestras acciones amorosas con los demás.
El Profeta Spencer W. Kimball se refirió al ‘sufrimiento infinito’ de Cristo, quien expuso su vida por la salvación del mundo, conocida como el atonemento. Este evento representa el más grande cambio que haya tenido lugar en la historia humana, expresando amor total e incondicional.
A través de estas reflexiones, se destaca cómo el Atonemento está estrechamente relacionado con conceptos desarrollados por algunas teologías, particularmente aquellas del sufismo y misticismo islámico. Estas describen el dolor infinito, el sacrificio total y la entrega de uno mismo a un fin superior.
Cuestionamiento histórico sobre si tuvo lugar un pacto preexistente entre Dios Padre e Hijo.

El cuestionamiento histórico sobre la existencia de un pacto preexisteitente entre Dios Padre y Hijo tiene raíces profundas en la teología cristiana, remontándose a la Edad Media. Teólogos como Robert Grosseteste sugirieron que la redención de Adán y Eva podría estar relacionada con un acuerdo previo con Dios.
A fines del siglo XII, el obispo Juan Duns Escoto propuso un pactum salutis (pacto de salvación) entre Dios Padre e Hijo anterior a la creación. Sin embargo, esta noción no ha logrado consenso entre los teólogos y se considera una idea controvertida en la teología cristiana.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enfatiza que ningún pacto preexisteitente se encuentra respaldado explícitamente por las Escrituras. Algunos eruditos de la Biblia han interpretado el pasaje de Lucas 22:42-43 donde Jesús ora en Getsemaní como un posible acuerdo entre Dios Padre e Hijo, pero esta interpretación no es universalmente aceptada.
Teólogos como David Calender han explorado posibles implicaciones del concepto del pacto preexisteitente en la Creación y la relación entre Dios Padre e Hijo. El teólogo estadounidense Robert D. Hales ha argumentado a favor de un “pacto preexisteitente” para salvaguardar el libre albedrío humano, sugiriendo que este pacto podría haber garantizado que Dios se disculpe por el plan previsto de redención.
Se ha cuestionado si la idea del pacto preexistente está en línea con las enseñanzas bíblicas sobre la eternidad, omnipotencia y soberanía de Dios. El concepto del sacrificio voluntario del Hijo como parte del pacto también plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza de la relación entre Dios Padre e Hijo.
El teólogo Tad R. Callister ha enfatizado los puntos clave que se derivan de un posible acuerdo preexisteitente: 1) el envío de un Salvador debido a la iniquidad global; 2) la preestablecida salvación previa a la creación; 3) el sacrificio voluntario del Hijo como único capaz de abolir la ley antigua con su sangre; y 4) El pacto relacionado con el problema del pecado y la necesidad de un redentor.
El propósito práctico del servicio misión como parte de la atonement.

El servicio misionero, como parte del Atonimiento infinito, tiene un propósito práctico significativo para cada individuo involucrado. Al participar en una misión, los misioneros han de aprender a amar y servir indiscriminadamente a sus semejantes con tanta dedicación por lo que hay mucho más implicado aquí allá que la tarea exterior.
Los Santos de los Últimos Días creen firmemente que el servicio misionero se relaciona profundamente con el Plan de Salvanación. De este modo, los misioneros pueden superar sus debilidades personales para poder alcanzar su máximo potencial, y estar preparados para tener un puesto más alto en la eternidad.
El desarrollo espiritual del individuo a través del servicio misión contribuye con el redimeinto de las personas que forman parte de este proceso. Por otro lado existe también el propósito de establecer relaciones interpersonales, compartir doctrina de Jesucristo como un punto de encuentro para los misioneros y la gente en el exterior.
Uso exegético de las palabras «pecado original» en los autores bíblicos.

El concepto del pecado original ha sido objeto de debate en la interpretación bíblica a lo largo de la historia. En este sentido, Tad R. Callister analiza la representación de esta idea en los autores bíblicos relevantes y concluye que algunos tradicionalmente asociados con el concepto no mencionan sistemáticante pecado original.
Para Adam Clarke, 1 la «nueva vida» implica un cambio de naturaleza en la ley moral, por lo que este concepto está íntimamente relacionado con la capacidad del hombre para vivir aparte de Dios. De manera similar, los escritos de Flavio Josephus y Filón de Alejandría enfatizan el deseo de hacer honor al Creador como la clave a esta nueva condiciópn de vida.
Estas perspectivas se contrastan con las opiniones que sostienen que el pecado original es un concepto bíblico que describe los efectos del acto cometido por Adán en la humanidad, ya sea visto en términos de maldición o rebelión contra Dios. El Dr. Orson Pratt argumentó que la maldición significa una carencia de bienestar como resultado de la decisión humana, siendo la rebelión vista como la negación abierta a las leyes de Dios.
Conclusión

En la conferencia «The Infinite Atonement: The Life and Teachings of President Russell M. Nelson,» Todd D. Petersen mencionó que una de las mayores lecciones de los últimos años en las iglesias cristianas proviene del concepto de «la infinita atoncación», es esta enseñanza sobre Jesucristo, su obra redentora y sus consecuencias cósmicas y personales.
Todd se refirió a que la idea no es nueva ni ha sido desarrollada sólo por Russell Murray Nelson; en realidad, los padres fundadores de las iglesias restauradas de los últimos días escribieron sobre el concepto durante siglos. También enfatizó cómo los discursos y escritos de Nelson han fortalecido nuestra comprensión del amor y poder redentor de Cristo como nuestro Salvador e Instructor, recordándonos constantemente que Él es la «expresión definitiva del eterno Dios» (2 Juan 1:6).
Según Petersen, los efectos de esta atoncación son ilimitados. Es por eso que se describe también como «perfecta», en términos de su alcance completo para lograr nuestra exaltación. La «infinitud» se refiere a esa capacidad infinita de Jesús Cristo.