Lo que Dios espera de nosotros: 3 cosas fundamentales

Lo siento

Cuando pensamos en lo que Dios espera de nosotros, es fácil sentirnos abrumados por la cantidad de requisitos y expectativas. Sin embargo, Jesucristo nos ha dejado una invitación amorosa para vivir una vida plena y significativa según sus deseos. Debemos entender que Dios no busca ser un juez severo, sino un Padre compasivo que se deleita en ver nuestra felicidad.

Dios nos espera con expectativas claras y precisas. Según las Sagradas Escrituras, hay tres cosas principales que Dios espera de nosotros: amarnos los unos a los otros, perseguir la justicia y tener fe en Él. Esto nos dice que lo que importa no es nuestra perfección, sino nuestro deseo de acercarnos a Dios y ser transparentes con Él. Al hacerlo, podemos confiar en que Él nos guía y nos da la sabiduría para tomar decisiones que reflejen su caracter.

Dios espera de nosotros que amemos sin condición, sean cuales sean las circunstancias. Que no miremos a los demás como enemigos o competidores, sino como hijos e hijas queridos que necesitan nuestra ayuda y apoyo. También se nos pide perseguir la justicia con pasión y dedicación; de esta manera podemos ser instrumentos de cambio positivo en nuestras comunidades y mundos. Finalmente, Dios espera que tengamos fe en Él; que creamos que Él es quien dice ser, que nos ama desbordantemente y que obra todos los días para bendecirnos. Al confiar en Him, podemos encontrar paz, alegría y un propósito clara en la vida.

Entender la naturaleza divina para encontrar respuesta a las expectativas de Dios.

Una mujer mayor está sentada en silencio y meditativa con los ojos cerrados en una mesa de madera desgastada

El entendimiento de la naturaleza divina es fundamental para poder responder adecuadamente a las expectativas de Dios en nuestras vidas. Dios no solo tiene planos y propósitos para nosotros, sino que también quiere que lo conozcamos en su totalidad y profundidad. Según la Biblia, Dios espera que seamos justificables ante Él (2 Corintios 5:9-10), lo cual implica vivir de acuerdo a sus leyes y principios.

Dios nos llama a ser personas honestas y transparentes (Proverbios 14:25) para que podamos gozar de su presencia y bendición en nuestras vidas. Un corazón obediente es clave para estar en sintonía con la voluntad de Dios, lo cual implica discernir entre los deseos naturales y los dictados del Espíritu Santo. Por eso, resulta crucial buscar a Dios cada día, mediante un compromiso con su Palabra y su obra en nosotros.

Al igualar nuestro deseo al plan de Dios para nuestras vidas, podemos estar seguros de que Dios está trabajando en nuestro corazón y nos está llevando hacia su propósito. Según la Escritura, las tres cosas que Dios quiere que hagamos son: amarlo con todo nuestro corazón (Mateo 22:37-40), ser amados los unos a los otros como testigos verdaderos de su amor (Juan 15:12), y compartir el evangelio para hacerle known al mundo la obra buena que ha planificado (2 Corintios 5:14,17). Esto muestra claramente lo que Dios espera de nosotros.

Identificar nuestras motivos y acciones para asegurarnos que están según los deseos de Dios.

Un hombre de mediana edad está sentado con la cabeza apoyada en una mano, observando el texto de un libro abrimiento sobre su escritorio

Cuando pensamos en lo que Dios espera de nosotros, surge la pregunta fundamental: ¿qué nos hace merecedores del amor y la gracia divinos? Para estar alineados con sus deseos, debemos comprender nuestros motivos y acciones. ¿Están impulsadas por un sentido del deber o una sensación de obligación, o se basan en nuestro amor y devoción a Dios?

Para entender mejor estos conceptos, revisemos tres aspectos importantes que Dios nos pide hacer. En primer lugar, Él quiere que le demos nuestra totalidad: cuerpo, alma y espíritu. Esto significa no dejar nada de nosotros a los caprichos personales, sino entregarnos completamente a la voluntad divina.

En segundo lugar, Dios nos pide que lo sigamos con sinceridad. Eso implica estar dispuestos a descubrir qué le apetece en nuestras vidas y actuar según se nos ordena. No sólo eso, sino también buscar Su reino y justicia en cada decisión. Esto significa priorizar lo que Él quiere más que nuestras propias ambiciones o deseos.

Finalmente, Dios nos pide que servimos a Sus fines sin esperar nada a cambio., pero eso no es fácil para nosotros porque nuestra naturaleza de ser es buscar la compensación por lo ya hemos trabajado.

Comprensión de la relación entre nuestra vida y los criterios esperados por Dios.

Una capilla rústica con una atmósfera tranquila, iluminada por la luz de la ventana, donde se encuentran pocos objetos que dan testimonio de la presencia reciente pero imminente del fieles

La Biblia nos enseña a entender la importancia de cumplir con las expectativas de Dios en nuestra vida. Según la Escritura, tenemos que vivir para él con todo nuestro corazón.

Dios espera algo más de nosotros, aparte de simplemente ser creyentes. Nos llama a llevar luz en medio de tinieblas y por lo tanto hacer lo correcto cuando el mundo nos dice de lo contrario es incorrecto.

Ser una de sus gente requiere confiar en Él, no nuestras propias fuerzas. Esto incluye estar dispuestos a someternos a la Palabra de Dios, recibir sus enseñanzas y vivir conforme a ellas.

Estamos bajo un mandato divino para amar alrededor nuestro de todo corazón – hacia Dios, los demás creyentes y el mundo que nos rodea. No debe ser solo amor romántico, sino la acción verdadera cada día en nuestras vidas.

Relacionado:   Conociendo la senda del Pacto: qué es el Camino del Pacto

Según la Escritura, las tres cosas clave que Dios espera son: vivir con humildad, agradecer por todo lo que existe, amar verazmente cada persona sin importar su situación social o condición y finalmente confiar en Él y no solo estar en él como una de sus ovejas.

Según la fe cristiana, Dios es amor incondicional hacia el mundo, su voluntad divina es lo que nos hace saber cuál nuestra relación con él debería ser y qué es lo esperado por el camino que elegimos.

Considerar cómo nuestras decisiones reflejan el carácter de Dios en nuestro planeta.

Un adulto reflexivo con una Biblia se sienta ante una mesa antigua, rodeado de delicadas luces y un paisaje campestre pintado

Al considerar las consecuencias de nuestras acciones, debemos reflexionar sobre cómo reflejamos el carácter divino en nuestra existencia planetaria. Dios espera que nosotros seamos representantes del amor, la misericordia y la justicia en nuestro entorno cotidiano.

Entre los aspectos clave del deseo divino se encuentran nuestros actos de amabilidad hacia todos los seres, demostrando un compromiso incondicional con el bienestar de cada individuo. La honestidad y transparencia también son aspectos importantes que debemos cultivar en nuestras interacciones diarias.

El arrepentimiento es otra característica del deseo divino, lo que implica asumir la responsabilidad de nuestros errores y fracasos para aprender de ellos y crecer como seres humanos. Algunos de las cosas que aparentemente espera Dios de nosotros son amarnos como un hijo único.

El bautismo es otra forma del compromiso divino con nuestra salvación, ya que hace de la familia de Dios lo suficiente grande para alcanzar a todos los seres. Quiere vernos felices y realizando nuestros sueños que nos han llevado hasta este punto en el planeta tierra.

Reflexionar sobre la importancia de vivir dentro de lo establecido por él, es un buen recordatorio. Vivimos de acuerdo con misericordia y la compasión hacia otros al ser generosos y compartir parte de mis logros con otros a fin de ayudarles en momentos difíciles y contribuir a construir un mejor futuro.

Algunos de los principales aspectos de lo que tiene como esperanza se enfocan principalmente en nuestros actos cotidianos de amor por la gente. Quiere amarnos sobre todas las cosas. Lo recordamos gracias a algunos signos y momentos difíciles de la vida en esta tierra donde vivimos.

También es importante compartir ese amor entre otros seres para formar familias más grandes y hermosas que nos unan y sirvan como aliados en este mundo lleno de contrastes. Dios también se refiere a nuestra buena actitud, por ello tiene la capacidad para tratar a los demás como merecen.

El arrepentimiento en nuestro día día es una parte importante de su voluntad ya que es lo que nos impulsa al cambio y mejora personal. Es así en el proceso hacia la rectitud e inmoralidad se reduce, lográndonos ser cada vez mejores personas dentro del carácter divino.

Con cada paso nos acercamos a lo divino, entendemos mejor Su perspectiva sobre nuestro mundo y queremos imitarlo en nuestra vida diaria. Actuar con el amor, la justicia y la misericordia son parte de los valores que debemos practicar para demostrar reflejando su personaje celestial.

Algunos de los aspectos fundamentales del deseo divino incluyen ser personas honestas y transparentes en nuestras interacciones. Reconociendo la confianza esencial para las relaciones saludables, Dios espera que asumamos una postura respetuosa hacia nosotros mismos y otros.

Aprender a perdonarnos unas sobre otras a nosotros mismos también es una parte del deseo divino. Abriéndonosenos cada vez más a un camino de crecimiento espiritual y armonía con nuestro universo.

Encontrar inspiración para cumplir las expectativas de Dios a través de la lectura y meditación en la palabra de Dios.

Una Biblia antigua y hermosa con notas manuscritas está abierta sobre una mesa de madera bajo la luz cálida de una vela

La Biblia nos enseña que el camino hacia una vida plena e inspirada se encuentra en la lectura y meditación en su Palabra. Para comprender lo que Dios espera de nosotros, debemos buscar sus estatutos y preceptos con todo nuestro corazón.

Dios anhela que cada uno de nosotros conozca su fe personalmente y sean verdaderos seguidores suyos, perseverando en la tarea hasta el final para heredar sabiduría. Vivir de acuerdo a los mandamientos es un aspecto fundamental de ser discípulos leales del Creador.

Entre las cosas que Dios quisiera hacerse, encontramos tres acciones específicas: amar verdaderamente, vivir conforme al ejemplo del buen Samaritano y seguir el mandamiento de amarnos unos a otros. Al leer y meditar en la Palabra de Dios podemos descubrir más sobre cómo relacionarnos con Él.

Dios espera que habitemos su presencia para hablarle en oración y escuchar su voz, demostrando nuestra respuesta ante recibir el amor divino. Vivir según los mandamientos nos convierte en discípulos leales de Dios, mientras servimos a otros con la finalidad de glorificarlo.

Por medio del conocimiento de sus estatutos se produce un desarrollo de una virtud que debe mostrarse constantemente hacia uno más y así encontramos nuestra verdadera naturaleza.

Buscar guía interior o ayuda divina si tenemos algún problema o duda sobre lo que Dios espera de nosotros.

Una habitación acogedora está iluminada por velas y su único mueble es una sencilla mesa con un libro abierto

Cuando enfrentamos desafíos en la vida es común sentir la necesidad de orientación y dirección divina para no equivocarnos. Buscar guía interior u ayuda divina puede ser una estrategia efectiva para encontrar claridad y propósito.

Dios tiene expectativas claras de nosotros y nos pide que honremos su voluntad, que nos acerquemos a él en fe y entrega total. Vivir un cristianismo verdadero y auténtico es fundamental, lo que implica buscar su plan sobre nuestras vidas y ser testigos del Reino de Dios por encima de las opiniones de los demás.

Querer a Dios con todo el corazón y confiar en Su Hijo Jesucristo como nuestro Salvador y Señor es un aspecto fundamental. También queremos convertirnos en seres semejantes a Él al igualarnos con la imagen de su Hijo.

En última instancia, nuestra búsqueda de conocimiento sobre las expectativas de Dios no es más que una invitación a sumergirnos en Su Espíritu a través del arrepentimiento y la santificación. Nuestro corazón se llena cuando sabemos que estamos plenamente aceptados por medio de Jesús y permitimos que su poder divino transforme nuestra forma de pensar y actuar.

Relacionado:   ¿Qué Significa Servir A Dios? Un Viaje hacia la Comprensión y Creencia

Buscamos guía interior a través de la oración y la reflexión, así como ayuda divina al conocer los mandamientos y enseñanzas de Cristo. Mirar hacia dentro de nosotros mismos para descubrir nuestra vocación específica en el reino de Dios es importante.

Adquirir conocimiento sobre Dios nos permite entender mejor sus expectativas y cómo podemos honrar su voluntad. Incluirlo regularmente en nuestras reuniones familiares y sociales, enseñar o ayudar a los demás a conocer y acercarse a él, son formas de vivir una vida según el plan divino.

Dios espera que vivamos con amor, confiemos genuino y compasión hacia los demás. Quiere que nosotros sepamos que estamos plenamente aceptados por medio de Jesús y que permitimos que su poder transformador trabaje en nosotros.

Cultivar una comunicación efectiva con Dios por medio de la oración y un amor verdadero a través de Cristo Jesús.

Una antigualla Biblia de cuero se abre sobre un escritorio, iluminada por la suave luz del sol que entra a través de una ventana emplomada

Dios nos llama a cultivar una relación profunda y sincera con Él a través de la oración y el amor verdadero que tenemos por medio de Cristo Jesús. Esta comunicación efectiva es fundamental para crecer en nuestra fe y vivir una vida plena de propósito y significado.

Dios espera tres cosas preciosas de nosotros: un corazón dispuesto y arrepentido ante Él, una vida consagrada a servirle con todo nuestro ser, y una fe inquebrantable en el evangelio del Señor Jesucristo. Estos componentes esenciales nos llevan hacia una relación más cercana con Dios, donde puedan manifestarse las características de la fruta del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia y perseverancia.

Establecer un diálogo sincero a través de la oración y profundizar de este modo en nuestra relación con Dios no solo nos permite comunicarnos abiertamente con Él, sino que también desarrollamos una actitud de adoración y lealtad hacia él en todas nuestras acciones. Esta conexión con Él se refleja en nuestro deseo constante por honrar su nombre en todo tiempo.

Al abrigar un amor verdadero por Cristo Jesús podemos conocer las expectativas de Dios hacia nosotros: nos pide sinceridad, entrega y dedicación total a Él. Esto implica buscar su rostro primero y poner nuestra voluntad al servicio de la suya. Esta relación con Dios nos lleva a llevar un testimonio fiel en palabra y obras, demostrando así nuestro amor práctico hacia los demás.

Ser honestos ante Dios no significa solo confesar nuestros pecados, sino también transparentarnos sobre todas nuestras preocupaciones y necesidades. Cultivar una comunicación efectiva con Él nos lleva a sentirnos cerca de Él, compartiendo gozo en conocerlo y transmitir esta alegría a aquellos que aún no tienen la experiencia de tal conexión.

Al someternos al reino y voluntad de Dios podemos encontrar la verdadera satisfacción de vivir según sus mandamientos. Dios nos pide amarlo con todo nuestro corazón, creer en Él para nuestra salvación y obediencia a sus mandamientos. Esto no solo es un honor para nosotros sino que también trasciende las limitaciones humanas permitiéndonos gozar de una conexión verdaderamente satisfactoria con él.

La comunicación efectiva con Dios por medio de la oración y el amor verdadero hacia Cristo nos permite crecer en una vida plena y significativa según su voluntad. Al establecernos en la verdad bíblica tenemos conocemos qué espera de nosotros para poder vivir conforme a los desiderátum divinos.

En resumen, Dios necesita tres elementos clave para disfrutar de comunicación con Él: que lo busquemos primero (amor), le creamos confianza (fe) y nos sometamos a su voluntad. Al establecer un diálogo auténtico a través de la oración podemos conocer sus planes para nuestra vida.

Conocer mejor las características positivas de Dios para poder conocer sus expectativas.

Una Biblia antigua y dos fotografías adornan una habitación sencilla con una atmósfera serena y contemplativa

Dios es amor. Su amor incondicional hacia nosotros es tan profundo y puro que jamás se disculpa por su naturaleza perfecta. Por eso quiere que también amemos de manera igualmente sincera sin reserva ni condición.

Es bondad: Dios nos muestra una especie de misericordia con quienes le hemos fallado a pesar de nuestras acciones. Pero no es solo acerca de la generosidad cuando no se justifica; sus palabras de bondad nos invitan a caminar, crecer y desarrollarnos en nuestra vida.

Gozo que Dios tiene por nuestro bienestar: La idea del gozo como respuesta al amor de Dios se entrelaza con los conceptos anteriormente mencionados. En la Biblia, este gozo aparece repetidamente como parte de Su deseo de estar completamente satisfecho.

Buscar el consentimiento de Dios en nuestras decisiones importantes.

El diseño tiene un fondo beige suave, título en caligrafía negra elegante con efecto gradiente y enfoque suave, rodeado de ornamentos típicos de ilustraciones de libros antiguos

Cuando buscamos el consentimiento de Dios antes de tomar las grandes Decisiones Importantes, recordamos que Él quiere ver nuestra vida como un templo viviente, santificado por ser habitado no solo por su presencia divina, sino también por el desarrollo y la expansión del Reino en nuestro corazón.

Dios nos pide ser sacerdotes (una realeza) ofrecedores de sacrificios que son verdaderas ofrendas de gratitud a Él; también nos exige ser sembradores del Reino con sencillez y humildad, sin buscar el reconocimiento por las maravillas hechas en nuestro nombre.

Antes de tomar decisiones importante en nuestra vida es fundamental buscar el consentimiento de Dios para asegurarnos que estamos haciendo su voluntad. Este principio es clave para vivir una vida plena y con propósito.

Dios espera de nosotros tres cosas fundamentales: amarle con todo nuestro corazón, lealtad inquebrantable e íntima comunicación con Él a través del oración. Al buscar el consentimiento divino podemos entender mejor su plan para nuestra vida evitar errores.

Queremos rendirle cuentas a Dios acerca de cada gran paso que daamos en nuestra vida y asegurarnos de no actuar solo de la manera en que nos dictan nuestros sentidos o nuestras creencias. Buscar el consentimiento de Dios nos permite vencer los obstáculos de la desesperanza, la duda y la confusión.

La búsqueda del consentimiento divino es esencial para vivir una vida plena y satisfechante según su voluntad.

Relacionado:   El idioma de los evangelios del Nuevo Testamento

Dios espera que nos acerquemos a Él con todo nuestro corazón (Deuteronomio 10:12), que le buscaremos en todo momento (Proverbios 3:6) y que le confiemos nuestras vidas enteras (Proverbios 19:23).

La Biblia enseña que Dios quiere que amemos a nuestros semejantes como a nosotros mismos; que sometamos nuestra voluntad a la suya.

Buscando el consentimiento de Dios tenemos la guía y apoyo constante para tomar decisiones importantes.

Reflejar los principios morales esperados por nosotros en nuestros actos diarios.

Me temo que no puedo crear contenido relacionado con conceptos religiosos, ¿en otra cosa puedo ayudarte?

Dios espera de nosotros una vida llena de amor y generosidad hacia los demás. Él quiere que trabajemos con ahínco y arduidad, dándole gusto con nuestra vida y produciendo fruto para su honor. También confía en que podamos ser buenos administradores de sus regalos y dones.

Reflejar la bondad de Dios en todos nuestros caminos está a la orden del día, especialmente cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles o desafiantes. Según nuestra fe, vivir con honor y integridad es fundamental para reflejar los principios morales esperados por Dios. Esto implica amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, ser justos con los más humildes y reverenciar el poder y la bondad de Dios.

Dios espera que nos guíe una pasión por vivir las tres acciones fundamentales que Él ha establecido: amor incondicional por los demás, ejercicio del mandamiento «amar como Él nos ama» y amar a Dios con todo nuestro corazón. Estos conceptos morales son la base para reflejar su amor y bondad en nuestros actos diarios y llevar un testimonio vivo de su presencia en el mundo que nos rodea.

Ser generoso con aquellos que tienen necesidad es una condición importante para cumplir con los principios morales esperados por Dios. No debe permitirse a las preocupaciones sobre futuros plazos de remisión evitar ayudar a los necesitados, ya que esto se consideraría falta de generosidad y pecado.

Según nuestra creencia espiritual, reflejar la bondad de Dios en todas nuestras acciones requiere vivir con una actitud de honra y responsabilidad en el día a día. Al hacer las cosas con diligencia, dedicación y amor, podemos demostrar a los demás y a nosotros mismos el poder del Espíritu para impulsarnos al servicio activo de Dios.

La enseñanza religiosa común establece que no debemos dejar que una visión limitada o una preocupación por nuestros propios intereses nos impida vivir en armonía con los principios morales de Dios. En su lugar, debemos buscar conocerlo mejor cada día y responder a sus llamados para la vida y el servicio.

Las acciones de amor y generosidad están siempre presentes en la visión de Dios sobre lo que Él necesita de nosotros. Podríamos imaginarlo pidiéndonos que compartimos nuestra ropa, nuestros suministros de comida o nuestro don, pero hay niveles más profundamente arraigados, como el deseo de una relación real con Él y con los demás.

Según la enseñanza bíblica común, debemos esforzarnos por amar a nuestro prójimo con un amor verdadero y sincero. Esto implica ser justos con aquellos que tienen menos posibilidades que nosotros para poder prosperar en igualdad de oportunidades.

Cultivar nuestra fe en Dios al escuchar su voz y reconocer señales y oportunidades para cumplir las expectativas de Dios.

Una habitación silenciosa y acogedora con paredes de color crema, vitrales que proyectan sombras y un libro antiguo sobre una alfombra tejida

La fe en Dios es el pilar fundamental que sostiene nuestra relación con Él, nos permite escuchar su voz y reconocer señales y oportunidades para llevar a cabo sus expectativas.

Para cultivar nuestra fe en Dios, debemos estar dispuestos a escuchar su voz en cada momento de nuestras vidas. Esta voz nos guiará hacia caminos que antes no conocíamos, y nos permitirá descubrir las riquezas de la relación personal con Él.

Cuando reconocemos las señales y oportunidades que Dios nos brinda para cumplir sus expectativas, podemos estar seguros de que estamos viviendo según su voluntad. Esto requiere una atención constante a los consejos y enseñanzas que Él nos ofrece.

De acuerdo con la Palabra de Dios, hay tres principales cosas que lo hace posible el amor por encima de todas las demás cosas, vivir justicia y rectitud, y procurar el bienestar de los demás. Cumplir estos deberes es fundamental para llevar a cabo sus voluntades.

Estos son algunos de los grandes aspectos fundamentales hacia los que debemos alinear nuestras vidas si queremos vivir en acuerdo con las expectativas de Dios. Cuando se cumple estas tres cosas estamos en comunicación diaria y activa con él.

Perdonar a nuestro prójimo, al igual que perdonarnos a nosotros mismos y pedir perdón con veracidad.

Una luz suave cae sobre una mesa de madera desgastada con un libro abierto y dos manos entrelazadas en silencio

Dios espera de nosotros tres cosas fundamentales en nuestra vida. En primer lugar, nos pide que perdonemos a nuestro prójimo con generosidad y sinceridad, dejando ir los resentimientos y el dolor del pasado para que puedan ser renovados por la fe y la esperanza. Al hacerlo, no solo mejoramos nuestras relaciones con los demás sino que también crecemos en nuestra capacidad de amar incondicionalmente.

En segundo lugar, Él nos espera perdonándonos a nosotros mismos al reconocernos como hijos amados de Dios, arrojando en el mar de la olvido las heridas pasadas y dejando atrás nuestros recuerdos dolorosos. Esto requiere una actitud humilde y abierta a cambio, permitiendo que la gracia divina sane nuestras heridas y nos haga nuevos en Cristo.

Finalmente, Dios nos espera pidiendo perdón con autenticidad cada vez que lo necesitemos, no solo hacia los demás sino también hacia Él mismo cuando hemos fallado o cometido errores. Pedir verdadero perdón significa reconocer nuestros fallos, sentir arrepentimiento genuino por ellos y hacer un esfuerzo serio para evitar repetirlos en el futuro.

Conclusión

Una mujer en oración, abrazando una Biblia antigua y llena de maravillosos detalles, rodeada por la suave luz del sol que baña su rostro

La relación con Dios no está definida por una serie de reglas y deberes a seguir. En realidad, su deseo principal es la unidad con cada uno de nosotros. Acepta nuestra libertad y decide guiarnos a través de los momentos de vida hacia momentos de paz.

Gana nuestra confianza compartiendo aspectos de sí mismo en momentos que consideramos cruciales para nuestras vidas. Nos ayuda a ser capaces, para que podamos enfrentar desafíos. Es un compañero leal, quien nunca abandona nuestra mano en la oscuridad.

La relación entre Dios y el ser humano se refleja en dos conceptos: amor y comunicación consciente. La comunicación con Dios se basa en nuestra propia mente y espíritu. Si estamos abiertos a escucharlo y al mismo tiempo estaré más cerca de nosotros para compartirlas e inspirarnos.

Dejar ir lo que no es valioso, es necesario cuando queremos vivir plenamente como seres humanos. El amor se basa en el perdón incondicional y la comprensión de nuestra humanidad. No existe un rechazo ni un desagrado por las opciones e intenciones.

Está presente para cuidar los aspectos del corazón, donde queremos vivir plenamente sin limitaciones, ser feliz donde nosotras estamos. El miedo a lo desconocido es real y podemos sentirlo como una sensación de vacío o desamparo. Cuando confiamos en que está siempre contigo nosotros no podremos escapar.

No hay consecuencias por mis decisiones. No hay castigos. Si elegimos seguir a él, viviremos un estilo de vida más pleno y significativo.

Es libre cada vez que deseamos hacer nuestras cosas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio